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Herejías, heridas y Holocausto

Cuando un cristiano se relaciona más con Israel, el pueblo judío y las raíces hebraicas de nuestra fe, descubrimos que existe un fantasma oscuro en nuestro pasado cristiano: un legado de odio hacia el pueblo judío manifestado por siglos de discriminen, persecución, exilio y muerte, incluyendo eventos horrorosos tales como las Cruzadas, la Inquisición, los Pogromos y el Holocausto.

¿Se ha preguntado alguna vez cómo hubiese sido si la Iglesia se hubiese mantenido conectada a sus raíces judías? ¿Qué cosas pudiesen haber sido evitadas? Este es un asunto de estudio muy interesante, y será el tema del presente escrito.

De entrada, quisiera aclarar algunas cosas. Primeramente, es probable que un judío religioso moderno no esté de acuerdo con lo que voy a decir, pero quisiera citar algo que el Dr. Marvin Wilson acostumbra decir, lo cual me gusta mucho. Dice que en el primer siglo de la Era Común, o la Era Cristiana, nacieron dos religiones: el cristianismo y el judaísmo moderno. La razón por la cual el Dr. Wilson dice así es porque el judaísmo durante tiempos de Yeshúa (o Jesús), cuando todavía existía el Templo, era muy diferente al judaísmo de hoy día. El judaísmo durante los tiempos de Jesús y del Templo tenía elementos muy distintos. En el Nuevo Testamento, leemos acerca de los saduceos, los fariseos y los esenios. Actualmente, no existen saduceos ni esenios. También leemos acerca del Templo, de los sacerdotes y su particular perspectiva. Hoy día, ya no existe el Templo ni un grupo sacerdotal que haga sacrificios, enseñe, ni dirija al pueblo judío. Por lo tanto, el judaísmo hace 2,000 años era muy diferente al judaísmo moderno. Aunque pueda percibir un lejano parecido al judaísmo moderno en lo que voy a discutir a continuación, es posible que algunos lectores judíos no concuerden con mis conclusiones.

Segundo, cuando describo maneras en que la Iglesia pudo haber evitado algunos errores si se hubiese mantenido más conectada a sus raíces judías, es importante que se entienda que tampoco implico que todo hubiese sido perfecto. De hecho, lo que en realidad estoy diciendo también lo dijo Pablo en 1 Corintios 1:22-25: "Porque en verdad los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, piedra de tropiezo para los judíos, y necedad para los gentiles; mas para los llamados, tanto judíos como griegos, Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios. Porque la necedad de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres."

Permítame proponer una manera diferente de interpretar este verso a la que se acostumbra hacer. Una parte de lo que nos dice el texto anterior es que la forma de pensar hebraica o judía no es como el pensamiento griego (y también occidental). Los dos son muy diferentes. La premisa en que se basa el presente estudio es que podríamos comprender mejor y refinar aún más nuestra fe si elimináramos la tensión entre el pensamiento griego y el hebreo, y ubicáramos por encima de éstos la Palabra de Dios. No creo que sea un accidente que la Palabra de Dios nos haya llegado en ambos idiomas. Creo que podríamos caer en un error si amáramos tanto nuestras raíces judías al extremo de que lleguemos a pensar que "si todos fuésemos judíos, y si estuviésemos practicando los ritos judíos, todo sería maravilloso," o "el idioma griego no es tan bueno como el hebreo," olvidando que se halla una profunda verdad en la tensión y el balance entre el idioma y la manera de pensar hebrea y griega.

Más adelante, discutiré brevemente la tensión que existe en mantener un balance entre ambos. Sin embargo, dado que la Iglesia históricamente se ha abanderizado más hacia la forma de pensamiento griego, la mayor parte de lo que voy a ilustrar tiene que ver con problemas que pudimos haber evitado si la Iglesia hubiese mantenido un poco más su forma de pensamiento hebreo.

Una Parábola

Deseo comenzar ofreciéndole un ejemplo que ilustre lo que quiero expresar. Le voy a compartir una historia, o realmente, una parábola.

Había una vez, mucho tiempo atrás, dos hermanos. El primer hermano era mucho mayor que el segundo, y como es típico de esta situación, el mayor se sentía responsable por ser cabeza del hogar y proteger los derechos y las tradiciones de su familia. Al hermano menor se le ocurrían unas ideas extrañas e innovadoras, las cuales no agradaban al mayor. Como suele suceder entre hermanos, peleaban mucho entre sí. Y como también suele suceder, por ser el mayor más grande y fuerte, a veces llegó a lastimar al hermanito. Pero con el paso del tiempo, el hermanito creció y llegó a ser tan grande y fuerte como el mayor. Ahora, hay otra cosa que deben saber acerca de estos hermanos. Vivían en un país muy lejano, gobernado por un malvado dictador. Aunque había riña entre ellos, el verdadero problema era el cruel dictador que les hacía la vida imposible.

Al tiempo, algo extraño sucedió. ¡El hermano menor se casó con la hija del dictador! De repente, el hermano menor pasó de ser perseguido por el dictador a ser parte de su familia. Y también con el paso del tiempo, el hermano mayor prefirió olvidarse de la riña que tenía con su hermano menor porque tenía problemas de mayor envergadura. Sin embargo, el hermano menor no quiso olvidar la riña. Aunque ninguno ya recordaba la razón por su pelea, el menor no se olvidaba del asunto. A medida que éste adquiría más poder y autoridad por ser parte de la familia del dictador, comenzó a ejercer su autoridad para lastimar y perseguir a su hermano mayor. Esa lucha no tan sólo se daba mientras ambos hermanos aún vivían, sino que fue prolongada por los descendientes de ambos, de generación en generación.

Es posible que usted pueda pensar en alguna situación real donde ocurra algo semejante. Por razones desconocidas, ambas partes se odian a muerte, pero ninguno recuerda por qué. Respecto a la familia mencionada en mi parábola, los descendientes de los hermanos mantuvieron su riña viva por siglos y milenios. El hermano mayor llevaba el nombre de Jacob (o Israel, el pueblo judío) y el menor somos nosotros, los cristianos gentiles. Hemos inflingido terribles venganzas contra nuestro hermano mayor, y aún no hemos olvidado la tensión original de antaño.

Herejías

Pasemos a ver algunas de las tantas herejías que afectaron a la Iglesia histórica de siglos previos. Podría pensar que sólo existe una que otra gran herejía, pero son muchas, y han ocasionado terrible disensión y guerra por parte de la Iglesia hacia el pueblo judío. A continuación detallo una lista de herejías que surgieron durante los primeros cuatro siglos de la naciente Iglesia. Créalo o no, surgieron muchas más durante años posteriores. Mire la breve descripción a continuación, e intente descubrir cuál es el tema que se repite en cada una de ellas:
  •         Adopcionismo - Dios otorgó poderes a Yeshúa, y luego lo adoptó como Hijo.
  •         Albigencionismo - Existe la reencarnación y dos dioses: uno bueno y otro malo.
  •         Apolinarianismo - La voluntad divina de Yeshúa sobrepasó y sustituyó a su voluntad humana.
  •         Arianismo - Yeshúa era un ser creado e inferior.
  •         Docetismo - Yeshúa era divino, pero parecía humano.
  •         Donatismo - La validez de los sacramentos depende del carácter del ministro.
  •         Gnosticismo - Existe un dualismo entre el bien y el mal, y requiere cierto conocimiento especial para ser salvo.
  •         Kenosis - Yeshúa se despojó de ciertos atributos divinos mientras estaba en la tierra.
  •         Modalismo - Dios es una persona en tres formas.
  •         Monarquianismo - Dios es una sola persona.
  •         Monofisitismo - Yeshúa tenía una sola naturaleza, la divina.
  •         Nestorianismo - Yeshúa era dos personas.
  •         Pelagianismo - El ser humano no ha sido afectado por la caída de Adán, y aún puede guardar todas las leyes de Dios.
  •         Socinianismo - Niega la Trinidad, porque Yeshúa fue un hombre deificado.
  •         Triteísmo - la Trinidad realmente son tres dioses separados.
Ninguna de las enseñanzas anteriores forman parte de la teología normativa cristiana, y por lo tanto, son consideradas como herejías. ¿Pero qué cosas tienen en común? Todas ellas tienen su propia teoría para explicar la naturaleza de Dios. También debaten la pregunta de quién era Yeshúa o Jesús. De hecho, de vez en cuando estas ideas han vuelto a surgir en forma de una nueva secta herejética.
 
Gnosticismo
 
Para nuestros propósitos, cubriremos solamente dos de estas principales herejías en mayor detalle. Comenzaremos con el gnosticismo. Sus enseñanzas principales eran las siguientes: Los gnósticos creían que Yeshúa nunca tuvo una naturaleza humana o un cuerpo como el nuestro. No podía tenerlo, porque entendían que la naturaleza humana era malvada. Por lo tanto, nunca hubo un hombre llamado Yeshúa, sino una "teofanía," o manifestación de Dios con aspecto parecido al de un hombre. Era como un fantasma o aparición sin cuerpo verdadero. Todas las variaciones del gnosticismo tienen esta misma idea, y creían que la única manera de conocer la verdad era por medio de ciertos conocimientos secretos. La secta más grande dentro del gnosticismo era el marcianismo. Es difícil creer que la fe cristiana pudiese distanciarse tanto del judaísmo como esta secta, pero el marcianismo arropó gran parte del cristianismo durante los siglos segundo y tercero después de Cristo.
 
Los que aceptaban el gnosticismo también rechazaron las Escrituras del Antiguo Testamento. Decían que había un Dios "bueno" y un Dios "malo," y que el Dios del Antiguo Testamento era el malo y, por ende, así también los antiguos profetas. El Dios "bueno" iba a destruir a todos esos profetas malvados. De manera extraña, también creían que la astrología era parte del cristianismo y que era una manera aceptable de conocer a Dios. Aunque el Antiguo Testamento no era una forma válida de conocer a Dios, la astrología sí lo era.
 
Permítame preguntarle: "¿Habría surgido esta herejía si la Iglesia se hubiese permanecido fiel y conectada a su pasado judío, honrando la revelación de Dios según narrada en las Escrituras Hebreas? Yo opino que existen varias razones por las que podemos suponer que el gnosticismo nunca hubiera tomado fuerza si nos hubiésemos permanecido fiel a nuestras raíces hebreas.
 
En primer lugar, ¿quiénes eran los primeros discípulos? Todos eran creyentes judíos. ¿Cuál era su experiencia con Yeshúa? Habían caminado con Yeshúa, comido con Yeshúa, paseado en bote con Yeshúa. Lo vieron dormir, y le escucharon decir: "Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre" (Mat. 26:29). Nunca surgió un debate entre los hermanos de esa primera Iglesia para ver si Yeshúa era un hombre verdadero o no. Tampoco surgió un debate en el judaísmo de esa época para definir si Yeshúa era un hombre real o no. Se debatió su resurrección, pero no cuestionaban si Yeshúa era un hombre de carne y hueso.
 
Respecto a la validez de la Tanaj, lo que llamamos el Antiguo Testamento, Yeshúa mismo dijo que no había venido para abrogar la Ley y los Profetas, sino para cumplirlos. En Mateo 5:18, dijo que ni una jota ni una tilde pasaría sin que antes se desapareciere el cielo y la tierra. Si la Iglesia se hubiese mantenido más cerca a sus raíces, la herejía del gnosticismo no hubiese arrasado a los cristianos de esa época con su falsa teología. Por otro lado, la astrología tampoco hubiese sido aceptada como parte de la religión cristiana, ya que el Antiguo Testamento claramente prohíbe que se adore a las estrellas, siendo simples creaciones.
 
El judaísmo gira en torno a lo que hace y logra el ser humano. Es una perspectiva funcional y práctica. Su meta es santificar al mundo a través de la vida que Dios nos da. No enseña que el mundo es malo, sino que Dios creó al mundo como algo bueno. Es cierto que el judaísmo enseña que existe el bien y el mal, al igual que el cristianismo, pero vivimos en un mundo perverso luego de la caída de Adán y Eva. La creación comenzó bien, pero la mala inclinación del ser humano la dañó. El judaísmo no percibe nada de malo en el mundo físico como tal, y tanto los judíos como los cristianos creemos que Dios va a redimir la naturaleza junto con la humanidad. Nosotros podemos ser usados como parte de ese proceso de redención. De hecho, tenemos la responsabilidad delante de Dios de poner nuestra fe en acción en manera práctica para mejorar el mundo, y no tan sólo vivir una vida espiritual vaga y etérea.
 
Aunque le pueda parecer que el gnosticismo era una idea curiosa y antigua, no es algo sólo de esa época. Aún existe hoy día en forma de la "Ciencia Cristiana" y el "Movimiento de la Nueva Era." En las áreas de la costa occidental de Estados Unidos, particularmente en Oregón y California, mucha gente trata de combinar la Nueva Era, astrología y ciertas formas del cristianismo. Sus herejías modernas tienen raíz en el gnosticismo antiguo. Aún cuando muchos no mezclan la Nueva Era y la astrología en su teología, lo que es evidentemente erróneo, algunos cristianos sinceros desconocen suficientemente las Escrituras y se dejan llevar más por la "dirección del Espíritu" quien les trae una "nueva revelación" y "dirección personal." Sin embargo, esas ideas nuevas pueden ser peligrosas cuando van en contra de la Biblia. Cuando nuestras creencias no tienen base bíblica, abrimos las puertas a enormes problemas, de lo cual tenemos que tener mucho cuidado.
 
Arrianismo
 
Pasemos a la próxima gran herejía: el arrianismo. Esa teología logró influenciar a la Iglesia durante el segundo siglo de tal forma que casi define la doctrina eclesiástica hasta nuestros días. El arrianismo es casi lo opuesto al gnosticismo. Según esa idea, Yeshúa era un ser creado, así como los ángeles. Otras variaciones del arrianismo enseñaban que Yeshúa era un hombre común y corriente. Sea como sea, lo que tenían en común era la idea de que Dios es demasiado puro para haber realmente aparecido en la tierra en forma humana. De esa manera, se negaba la deidad de Jesús y establecía que Dios adoptó a Yeshúa como Su hijo, pero era un ser creado o un simple ser humano que vivió rectamente. Enseñaban que todos podemos ser como Yeshúa, ya que fue un humano adoptado por Dios y no realmente divino.
 
Si la Iglesia se hubiese mantenido cerca de sus raíces hebraicas, nunca hubiésemos tomado esa ruta. Usted se podrá preguntar: ¿Primero me dice que si nos hubiésemos permanecido en nuestras raíces judías, no hubiésemos creído que Yeshúa nunca tuvo un cuerpo humano, como los gnósticos aseveraban. Ahora me dice que no hubiésemos creído como los arrianos, que Yeshúa era un mero ser humano. ¿Cómo puede ser de ambas formas?
 
Le respondo que si nos hubiésemos permanecido cerca de nuestras raíces judías, hubiésemos tenido que luchar con esa tensión, como lo mencioné al principio, y no hubiésemos aceptado siquiera el uno ni el otro. A eso es que se refiere 1 Corintios cuando dice que los judíos ven las cosas de cierta manera, y los griegos de otra. Si no nos hubiésemos alejado de nuestras raíces judías, no hubiésemos aceptado la herejía gnóstica de que Yeshúa no era un hombre verdadero porque nos hubiésemos afirmado del lado de los primeros testigos, quienes lo vieron como verdaderamente humano, no como un simple fantasma. Tampoco hubiésemos caído en el otro extremo del arrianismo para decir que Yeshúa era un hombre común y corriente, aunque especial, porque los testigos decían que sólo Dios podía haber perdonado pecados y realizado los milagros como lo hacía Yeshúa. En el Nuevo Testamento, Lucas narra la forma en que un hombre paralítico fue bajado ante Yeshúa desde el techo de una casa. ¿Qué fue lo primero que dijo, según encontramos en Lucas 5:20? Le dijo al paralítico que sus pecados eran perdonados. ¿Qué comentaron los fariseos? Dijeron que sólo Dios podía perdonar pecados, y se preguntaban como un mero "hombre" podía decir lo que dijo Yeshúa? Si nos hubiésemos quedado cerca de nuestras raíces, hubiésemos podido pensar: "Sabemos que es humano, pero si aceptamos que tiene autoridad para perdonar pecados y que realmente tiene capacidad de redimirnos, entonces tiene que ser Dios." Pero nos alejamos de nuestra herencia judía y brincamos los carriles del tren. No luchamos con esa tensión, y nos desbandamos en múltiples direcciones.
 
Nuevamente usted podrá decir que eso es interesante, pero ¿qué tiene que ver el antiguo arrianismo con nuestros días actuales? Pues, esa antigua herejía es muy parecida a la enseñanza de los Mormones y los Testigos de Jehová. Ambos enseñan que Yeshúa era un ser especial, pero creado, y si hacemos las cosas bien, algún día podremos ser como Él y reinar sobre el mundo, tal como Yeshúa reinará sobre el mundo.
 
Éstas son las herejías de antigüedad que no murieron completamente y recientemente han vuelto a surgir. El viejo dicho, de que "si no conoces la historia, estás destinado a repetirla," es más cierto que nunca. Vivimos en tiempos cuando el conocimiento se multiplica a un ritmo exponencial. Conocemos hoy día tanto acerca de la medicina, la ciencia y la tecnología que ni siquiera nuestros padres se podían imaginar cuánto íbamos a adelantar en una sola generación. Sin embargo, hemos olvidado el conocimiento más básico acerca de las Escrituras y la verdad. Debemos guardar la Palabra de Dios en nuestros corazones y ser estudiantes de la Palabra para que no caigamos en las "nuevas/antiguas" herejías doctrinales. También le sugiero que estudie la Biblia desde una perspectiva hebrea para que pueda comprender mejor la verdad contenida en ella. Debe ser contextualizada según el idioma, las costumbres y el estilo de vida de los tiempos en que fue escrita. Dios la dio al pueblo judío para codificarla y llevarla al resto del mundo, y así lo hicieron.
 
Heridas
 
Ahora quiero hablar de heridas. Algunos pudieran opinar que las heridas que voy a mencionar son simplemente más herejías. No lo niego, pero he escogido llamarlas "heridas" porque cuando usted vea las áreas por dónde nos equivocamos, podrá comprender mejor por qué la Iglesia ha ocasionado tantas heridas.
 
Quiero comenzar con dos versos bíblicos. Efesios 4:3 dice: "...esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz." Colosenses 3:15 dice: "Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo..."
 
Cuando celebro reuniones cristianas de grupos mixtos, me gusta preguntar, ¿De qué Iglesia es usted?" Es interesante cómo llegan personas de tan diversas denominaciones y tradiciones, lo cual es una cosa maravillosa. Por otro lado, es triste comprender que, por causa de tantas heridas sufridas en el Cuerpo de Cristo, nos hemos distanciado y separado en diversos grupos en múltiples ocasiones. Podría citar muchos versos del Nuevo Testamento que nos exhortan a amarnos los unos a los otros y mantenernos en unidad, pero los cristianos no somos muy buenos en hacer eso. He observado que las heridas sufridas dentro de la Iglesia provienen de dos fuentes. Hay divisiones por causa del liderato o por causa de la teología. Opino que las divisiones por causa de la teología son secundarias, porque muchas de las divisiones por teologías no se darían si la gente no estuviera siguiendo a cierto líder en particular. Un líder dice una cosa, y otro líder dice otra. Como los creyentes creen que ambos no pueden tener la razón, sus seguidores se separan en bandos tras su líder predilecto. Veamos cómo esta tendencia de separación proviene de una mentalidad griega en vez de una hebrea.
 
Pensamiento Griego:

I. Jerarquía y estructura de tipo romana
II. El rey está directamente bajo el mando de Dios
III. Necesidad de resolver lo desconocido
IV. Incorpora costumbres locales
V. La verdad divide
 
Pensamiento Hebraico:

I. Sólo Dios es autoridad máxima
II. La autoridad del profeta supera la del rey
III. Se deleitan en lo desconocido
IV. Se mantiene aparte de la sociedad gentil
V. La verdad es una paradoja
 
Herida #1: Creación de Estructuras Mundanas
 
Primeramente, según el pensamiento greco/romano y occidental, la mayor parte de la Iglesia adoptó una estructura jerárquica en imitación de la cultura romana. Según el pensamiento hebreo, sólo Dios es la máxima autoridad. ¿Qué sucede cuando adoptamos una mentalidad griega? ¿Cómo es la estructura eclesiástica? Tomamos las palabras "obispo," "pastor," y "anciano" del Nuevo Testamento y las convertimos en una estructura de autoridad que parece más la estructura del imperio romano. Creamos una jerarquía aparte y superior a los congregantes. De hecho, el emperador Constantino fue el primer emperador en requerir que los obispos vistieran de ropa imperial para que pareciesen como parte de la realeza. Eso nunca hubiese sucedido si la Iglesia se hubiese mantenido en su mentalidad hebrea, donde solamente Dios es la autoridad. Muchos de nosotros pudiésemos pensar: "Gracias a Dios que no soy Católico Romano." Bueno, les quiero traer dos ideas al respecto. En primer lugar, todas las iglesias occidentales han heredado esa tendencia. Por casi 1,500 años, la estructura de la Iglesia Occidental europea fue dirigida por un Papa a manera de Emperador, y los obispos a manera de gobernadores o sub-comandantes bajo el mando del "emperador." Esa es la costumbre que las iglesias occidentales hemos heredado. En segundo lugar, casi toda denominación occidental ha puesto un líder o un grupo como cabeza de la Iglesia, sea un presidente del concilio, o un sínodo o consejo eclesiástico. Hemos cambiado la terminología o el estilo un poco, pero es la misma cadena autoritaria de mando, sea católico o protestante.
 
¿Cuáles son los resultados? En el pensamiento griego, el rey tiene una conexión directa con Dios. ¿Qué implica eso? Si recuerda la historia romana, ¿cómo se llamaban los emperadores? Ellos se decían ser dioses. En el pensamiento hebraico, eso es una blasfemia. Podemos encontrar ejemplos en la historia hebrea cuando la autoridad del profeta era igual, o sobrepasaba, la autoridad del rey en momentos que hablaba por parte de Dios.
 
Probablemente el mejor ejemplo de eso es el profeta Natán, cuando retó las acciones pecaminosas del rey David respecto a Betsabé (2 Sam. 12). En ningún otro país del antiguo mundo hubiese podido una persona sobrevivir luego de hacer tal crítica contra el rey. Pero en la antigua Israel, hubo una clara comprensión de que la autoridad del profeta era igual o aún mayor que la del rey.
 
¿Cómo penetró esa estructura de autoridad griega a la Iglesia? Realmente fue una simple transición. Es cierto que ya no tenemos emperadores que actúen como "Dios," pero ¿quién tomó su lugar dentro del liderato cristiano? El ejemplo más claro lo vemos en la estructura de la Iglesia Católica Romana por medio del Papa. A manera interesante, fue tan reciente como en la década de 1850 que se oficializó el concepto de que al Papa hablaba incuestionablemente por parte de Dios. A eso se refiere el término "ex cathedra", que literalmente significa "desde la silla," y lo que pronuncie el Papa tiene mayor autoridad que cualquiera otra persona, concilio o líder. Las denominaciones protestantes también tienen una jerarquía denominacional, sea una persona o un concilio de líderes, que definen la "verdad" para esa iglesia. En contraste, el judaísmo tiene más flexibilidad porque tiene múltiples cabezas que ofrecen sus opiniones respecto a algún asunto controversial. Si fuera a preguntar quién es la cabeza principal dentro del judaísmo hoy día, tendría que contestarle que no existe una sola persona. Aún dentro del moderno estado de Israel, donde existe la posición del Rabino Principal, realmente hay dos. Uno es el Rabino Principal de los Sefardíes, y el otro es el Rabino Principal de los Asquenazíes, y a nadie le parece especialmente extraño. Pienso que está bien que existan diferentes opiniones, porque no todo puede explicarse perfectamente según unas simples fórmulas.
 
Herida #2: Mi Verdad es la Correcta
 
Si usted nunca ha leído o estudiado el Talmud, es un comentario que no se lee como nuestros comentarios cristianos comunes. No es un libro acerca de las "reglas del juego." El Talmud es un compendio de interpretaciones rabínicas. Hay un pasaje bíblico en medio de la página, y luego alrededor se escriben comentarios hechos por "tal o cual" rabino de la antigüedad. El segundo rabino puede responder al primero, o el tercero y cuarto pueden ofrecer interpretaciones alternas. El Talmud modernamente consiste de 30 tomos de diversos comentarios rabínicos en diferentes épocas. Los protestantes haríamos algo semejante si tomáramos la Biblia, y escribiéramos en derredor del texto algunos comentarios bautistas, luteranos y pentecostales para que todos pudiesen ver las diversas interpretaciones hechas por los diversos concilios. ¿Y qué hicieron los sabios de la Edad Media? Tomaron esas interpretaciones, las estudiaron y las debatieron nuevamente. Surgieron algunas nuevas perspectivas, y esas interpretaciones tienen casi el mismo respeto que las contenidas en el Talmud.
 
En nuestras iglesias de mentalidad greco/romana, no podríamos hacer ese tipo de comentario porque cada una cree que tiene la patenta de la verdad. A menudo nos aferramos tan fuertemente a la interpretación de nuestra denominación que nos enfrascamos en una batalla sobre el significado de cierto texto. Yo personalmente opino que algunos pasajes son deliberadamente ofuscos para que los meditemos, los discutamos, oremos al respecto y los analicemos más atentamente antes de aplicarlos a nuestras vidas. Es saludable luchar con el significado de algunas verdades, porque así tendrán mayor impacto sobre nuestra conducta. Sin embargo, los cristianos frecuentemente nos atacamos mutuamente por nuestra versión de la verdad en vez de aprender los unos de los otros, en vez de considerar que podemos manifestar
 
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